domingo, 24 de junio de 2012

Dios es el Padre, porque es Creador.

¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Cuál es nuestro fin? ¿De dónde vienen y a dónde va todo la que existe? ¿Cómo fue "el principio"? ¿Quién estaba allí? ¿Fue todo coma dice el Génesis? ¿Por qué existimos? ¿Para qué! ¿Cómo es posible que, si Dios es bueno, aparezca el mal en la obra de sus manos? ¿Se puede ser científico y creer en Dios Padre Creador? ¿Qué consecuencias tiene creer que Dios es el autor de la vida?

Galileo. Darwin. Theilard de Chardin. Newton. Einstein. Stephe W. Hawking. Monismo - Poligenismo. Big-Bang. Agujeros negros. "La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma", Relatividad. Gravedad. E=vxt. "En el principio..." ¿Que había, que era, como fue el principio, el origen de la vida? ¿No se oponen los descubrimientos de la cosmología moderna a la fe en un creador?divi.gif (815 bytes)Para el creyente la respuesta es objeto de fe: Dios es el Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. El resto, el cómo, son "detalles".
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Para este encuentro la mejor es salir de nuestra estructuras e irnos al campo, o la montaña, o la playa o el parque o... al metro, la estación de autobuses, un hospital, un silo, el circo... La naturaleza, la vida misma, nos habla de Dios. Eso si, solo se ve bien la importante "con el corazón".


AL leer Génesis 1 y 2 debemos entender que:
Ni fueron seis días, ni el séptimo fue para descansar. No fue del barro. Tampoco a Adán le intervinieron una costilla". De manzana nada.
divi.gif (815 bytes)Durante mucho tiempo se interpretó la primera página de lo Biblia (Génesis 1) con exagera literalidad cuando este relato es un poema religioso sin intención científica. Es un testimonio de fe sobre el origen último que los ciencias no pueden con firmar; ni refutar. Lo "único" que quiere decir es que "Dios es el autor del mundo que creó desde la nada". Eso es lo importante.

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El testimonio de fe del Génesis nos enseña un mensaje que Hans Kúng resume así:
El Dios bueno es el origen de todo lo que existe.
Dios no compite con ningún principio contrario malo o demónico.
El mundo, en su conjunto y en detalle, incluido lo noche, la materia, los animales inferiores, el cuerpo humano y lo sexualidad, son fundamentalmente buenos.
Lo creación del Dios bueno implica de por si la benigna dedicación de Dios al mundo y al hombre.
El hombre es, pues, la meta del proceso creador; y precisamente por eso tiene o su cargo el cuidado del mundo que le rodeo, de la naturaleza.
Al creyente no le inquieta cómo fue hecho este mundo. Es decir; la fe en Dios es compatible con distintos modelos del universo. Quedan lejos los condenas de Copérnico, Galileo y Darwin, entre otros (ya la Iglesia pidió perdón por ello - rectificar es de sabios-). Cuando hablamos de Dios estamos tratando la condición previa a todos los modelos del universo y al universo mismo
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Creer en Dios Padre Todopoderoso Creador del Cielo y de lo Tierra es una decisión existencial, una cuestión de confianza razonable. Es creer que el mundo y el hombre tienen en Dios su sentido último (su origen y su meto) y que ni el azar; ni lo suerte, ni el absurdo son lo explicación de lo existencia. Es creer que Dios Padre creo libremente, único y exclusivamente, por amor porque es bueno. Y en lo creación Dios creo al hombre y mujer como los criaturas principales: a imagen y semejanza suya y libres. Dios al hacerse hombre, al hacerse carne, se hace criatura.  No cabe en Dios más compromiso con la propia creación.

Vemos al ser humano que está destruyendo a la creación de diferentes maneras y al ser esto no vemos un futuro prometedor, lo importante es hacer conciencia de lo que está sucediendo en el mundo y tomar acciones concretas por el cuidado de nuestro planeta. 


Seamos constructores de una sociedad que respeta todo lo creado, no seamos egoístas con las futuras generaciones.


CANTICO DE LAS CRIATURAS:
arroyo.jpg (30215 bytes)Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra y abre el día, y es bello en su esplendor
y lleva por los cielos noticias de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan bellas como son
y brillan en los cielos: ¡loado mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!
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San Francisco de Asís


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